miércoles, 21 de septiembre de 2016

Dudas y más dudas…

Había pasado todo un verano, casi cuatro meses en los cuales Mario no dejaba de plantearse dudas, cientos y miles de preguntas flotaban por su mente en cada momento y cada una de ellas le llevaban a una misma conclusión, necesitaba reunirse de inmediato con Marta.
Aquella mañana se despertó distinto, su intuición le decía que vería a su maestra. Cuando entró en la biblioteca pudo ver a Marta concentrada, poniendo palabras en cada uno de los huecos de un calendario en cual manifestaba que el curso había comenzado.
Hola, dijo Mario con ímpetu.
Hola pequeño. ¡Qué ganas tenía de verte! ¿Cómo ha ido el verano?
Eso no importa ahora Marta, tengo cientos y miles de preguntas para ti. Manifestó Mario con prisa.
Marta sintió que estaba recuperando algo que había añorado durante esos meses de descanso, la insaciable curiosidad de ese pequeño muchacho. Sonriente respondió.
Lanza la primera, aquella que te ha permitido pensar cada noche.
 Mmmn… pues Marta mas bien es una reflexión, es decir, llevamos meses hablando del cerebro, del comportamiento, de personalidades, de neuronas, de plasticidad… ¿Todo esto es neurociencia verdad?
Correcto pequeño, pero ¿Cual es la duda?
Pues que habitualmente no logro entender algo con claridad sino conozco su raíz. Por ello estuve buscando la historia de la Neurociencia y todas las pistas me llevan a una persona, Ramón y Cajal. ¿Es esto cierto, Marta? ¿Fue él el primero en hablar de cerebros?
Mario, Ramón y Cajal es una de las figuras más destacadas en neurociencia por sus descubrimientos pero no fue el primero. Deja que te muestre algo.
Marta saco de su mochila un precioso libro con ilustraciones.
–Tenemos datos que nos muestran que ya Aristóteles hablaba del cerebro, él  argumentaba que la función de este órgano era enfriar la sangre y que por lo tanto la mente residía en el corazón. Hipócrates consideró que el cerebro albergaba la mente.
Y ya en 1890 Willian James hablaba de plasticidad para referirse a la naturaleza modificable del comportamiento humano. Luego llegó un médico español, Ramón y Cajal que investigó entre otras cosas sobre la conectividad entre las neuronas.
Mario estaba absorto con las palabras de Marta, le entró realmente curiosidad en conocer un poco más a Ramón y Cajal. Por ello preguntó ansioso.
¿Qué más puedo saber sobre él Marta?
Ramón y Cajal, era un médico con vocaciones artísticas. Sus aportaciones en neurociencia fueron reconocidos en 1906 con el premio novel de medicina y fisiología.
–Es decir, Cajal no inventó la neurociencia más bien marcó un antes y un después. Argumentó Mario.
Exactamente. Contestó orgullosa Marta.
¡Tenia que ser un genio! exclamó Mario.

– El no se consideraba como tal, tenía una visión muy curiosa sobre la genialidad Mario, el próximo día te contaré más sobre Cajal y su visión sobre la inteligencia.

martes, 10 de mayo de 2016

Déjà vu

De repente Mario detuvo la conversación, su rostro se volvió serio, incluso parecía preocupado.
– ¿Qué es lo que ha pasado chico? preguntó Marta.
Tengo la sensación de haber estado aquí sentado contigo en otro momento de nuestras vidas, recuerdo este mismo olor, estas mismas palabras de nuestra conversación, e incluso, esa misma camiseta que llevas puesta. Respondió Mario atónito.
Marta se sorprendió ya que era la primera vez que Mario y ella se veían fuera de la biblioteca, ambos necesitaban aire fresco en aquella tarde primaveral. ¿Te encuentras bien Mario? Insistió ella.
– Si, pero siento que todo esto ya lo viví en otro momento.
Marta respiró aliviada. Lo que te acaba de pasar pequeño se llama Déjà vu.
¿Qué? ¿Es grave? ¿Me pondré bien?
Calma pequeño, es simplemente algo maravilloso. Casi todas las personas experimentan este fenómeno cerebral en algún momento de su vida, es más, los científicos afirman que es entre los 15 y los 25 años de edad cuando más se pueden experimentar los Déjà vu.
– ¡Oh! ¿Entonces es algo de mi cerebro?
Efectivamente, existen muchas teorías sobre el Déjà vu pero todavía no sabemos cual es la más acertada.
– Me gustaría saber sobre esas teorías Marta.
– Si no recuerdo mal Mario, las teorías que más peso tienen son la holográfica y la del procesamiento dual.
– Que nombres tan raros, jamás escuchara nada igual.
 ¿Cuál te gustaría conocer primero Mario?
– La holoclásica por supuesto. Contestó Mario casi sin pensar.
Marta soltó una inmensa carcajada.  – Se dice holográfica pequeño y se le atribuye este nombre ya que relaciona la forma en la que almacenamos nuestros recuerdos con un holograma.
   Ya no entiendo nada Marta.
– Tranquilo Mario, poco a poco con el conocimiento. Almacenar recuerdos como un holograma quiere decir que tú sólo necesitas un pequeño fragmento de un recuerdo pasado para sentir que has vivido una situación presente.
–¿A que te refieres con un pequeño fragmento?
– A un olor, una forma, un color o un sonido. Elementos sensoriales que en algún momento generaron un recuerdo en ti.
– ¡Qué curioso Marta!
– Sin duda. Por lo tanto, lo que te ha pasado según esta teoría es que aunque estés en este lugar nuevo, hay algún elemento sensorial que ya experimentaron tus sentidos en algún momentos de tu pasado y que además se gravó en tu memoria. Por eso tu cerebro lo relaciona con la situación de ahora.
– ¿Y la otra teoría Marta? ­¿Qué dice la otra teoría?
– La teoría del procesamiento dual tiene que ver también con la información sensorial que tu cerebro recibe del exterior, como un olor, una imagen o un sonido. Sin embargo esta teoría se centra en como el cerebro procesa la información no en como la memoriza. ¿Me sigues Mario?
 – Más o menos Marta, dime un poco más para que pueda hacerme una idea.
– Esta teoría nos dice que cuando tenemos un Déjà vu la parte consciente de tu cerebro se retrasa en procesar la información que está entrando del exterior. Por lo tanto es tu subconsciente el que detecta la información unos milisegundos antes. Finalmente cuando la información llega con retraso a la parte consciente, tú sientes que ya lo has vivido.
– Mmmnnn. Es complicada esta teoría Marta.
– Nada es complicado si se entiende Mario. Alguna información sensorial de este ambiente no ha ido por el circuito neuronal por el que habitualmente va la información nueva que entra en tu cerebro.  El circuito del que te hablo hace que comprendas lo que ves, lo que tocas, lo que hueles…
– Ahora lo entiendo Marta, mi parte consciente. Es decir, he sufrido un Déjà vu ya que, por ejemplo, tardé en entender lo que estaba viendo sin embargo ya lo estaba viendo.

– Correcto Mario, es increíble tu capacidad de comprensión.

martes, 5 de abril de 2016

Cerebro masculino, cerebro femenino

Mario tenía una curiosidad, sus pensamientos se propagaban a pasos agigantados, tenía que preguntarle algo a Marta. Cogió aliento y habló sin pensarlo más.
¿Existe algún tipo de diferencia entre el cerebro de los hombres y el de las mujeres?
Marta se mostró sorprendida. –Esta es una pregunta un tanto ambigua Mario, es algo de lo cual se habla mucho y los neurocientíficos están obcecados en mostrar datos que muestren alguna evidencia.
Por lo tanto la respuesta sería… Volvió a insistir Mario con curiosidad.
La respuesta sería si pero no, pequeño curioso. ¿Tú que opinas sobre el tema? Preguntó ella.
Quizás antes de conocerte pensaría que sí que existen diferencias pero después de todo lo aprendido contigo opino que no.
– ¿Y que te ha llevado a cambiar de opinión?
– Ahora siento que las personas no tenemos límites y que con esfuerzo y perseverancia podemos avanzar mucho en nuestros objetivos, me has explicado muchas veces que todos podemos moldear nuestro cerebro y de hecho lo hacemos con nuestras experiencias y aprendizajes.
Correcto Mario, es increíble como absorbes lo que escuchas, eres como un libro vacío que se va llenando con cada conversación que mantenemos. Sabes que la ciencia avanza rápido y que sobre todo la neurociencia está en auténtica expansión.
Por lo tanto… Interrumpió él dejando claro que quería saber la respuesta.
Por lo tanto lo que te cuente hoy puede ser renovado y mejorado mañana. Mario, las personas somos únicas, nuestra personalidad es única si queremos que así sea, nuestra esencia también lo es pero sin duda nuestro cerebro es singular. ¡El es un mosaico!
Eso me encanta Marta, un mosaico que vamos construyendo con pequeñas piezas llamadas aprendizajes.
Correcto Mario.
Entones la respuesta es claramente un no. Argumentó Mario.
– La respuesta continua siendo si pero no pequeño. Marta se detuvo antes de comenzar una explicación delicada, ella no encontraba diferencias entre mujeres y hombres, ella sabía que no podía influenciar los pensamientos de aquel joven sin embargo tenía que darle cierta información. Si los científicos analizaran tu cerebro y el mío Mario, anatómicamente no encontrarían ninguna diferencia.
Es decir, nuestra forma es igual.
– Nuestra forma es distinta pero debido a ese mosaico, no debido a nuestro sexo. ¿Me entiendes?
– Si. ¿Entonces?
Entonces hay ciertos factores que si nos diferencian. Por lo tanto si tuviéramos que hablar de diferencias que no son desventajas hablaríamos desde un punto de vista biológico.
Uff! Que lío Marta, ahora entiendo que dijeras si pero no.
Marta sonrió satisfecha. Tranquilo es más fácil de lo que piensas. Una de las diferencias entre nuestros cerebros son las hormonas sexuales que se encuentran en él desde el periodo de gestación. Estas hormonas condicionan la organización del propio cerebro haciendo que tengamos comportamientos distintos. Esto quiere decir que yo no logre tener tus comportamiento ni que tú no logres desarrollar los míos. ¿Entendido?
– Más o menos Marta, ¿Puedes ponerme un ejemplo?
Claro, las hormonas masculinas, por ejemplo, ayudan a desarrollar capacidades de orientación mientras que las hormonas femeninas ayudan a desarrollar capacidades relacionadas con la empatía.
– Que curioso Marta. ¿Qué más?
– Existen también diferencias en las conexiones neuronales en el cerebro de los hombres y el de las mujeres. Así por ejemplo, de forma innata tu cerebro tiene conexiones más fuertes entre la parte delantera y las parte trasera, es decir las conexión entre lo que ves con lo que haces.
– ¿Y las mujeres Marta?
Las mujeres tienen de forma innata conexiones más fuertes entre el hemisferio derecho e izquierdo, lo que les permite tener una mayor capacidad de atención. Pero esto es sólo la base de nuestra esencia Mario. ¿Lo entiendes?
Claro, entiendo que hay excepciones, entiendo que todo se aprende y que algunas cosas se pierden  si no las practicas y entiendo también que todo sigue dependiendo de nosotros y de nuestra curiosidad.
Marta estaba orgullosa de Mario, no dejaba de sorprenderla. 




miércoles, 23 de marzo de 2016

Genio y emoción

Tras mi experiencia en el proyecto Enabling Genius que dio como increíble resultado la publicación del libro “Enabling Genius, a mindset for success in the 21st century”, me levanto cada mañana con una pregunta en mi cabeza: ¿Qué tipo de relación existe entre genio y emoción? 
A continuación trataré de darle respuesta.

De que hablamos cuando hablamos de emociones?
Las emociones son la esencia de la vida, la cara y la cruz de lo que el hombre es, el origen de la conducta humana y la energía que nos permite realizar planes tanto presentes como futuros.
Como seres humanos somos principalmente emocionales, y en un segundo término racionales. Experimentamos emociones continuamente. A lo largo del día los estímulos exteriores (como los sonidos) e interiores (como los pensamientos) marcan nuestro comportamientos, nuestro carácter y nuestras relaciones con nosotros mismos y con los demás.
Uno de los aspectos más singulares de las emociones es que son percibidas de forma subjetiva, por ello cuando sentimos una emoción nuestro organismo reacciona produciendo una experiencia personal. Por lo tanto, las emociones están en nuestro interior y nuestro objetivo es encontrar la mejor manera de exteriorizarlas a través de aquella actividad que nos defina y nos represente.

Qué es entonces genio emocional?
Es saber percibir e identificar los estados emocionales propios y de los demás. Es tener la capacidad de expresar estos estados emocionales de forma correcta en el momento adecuado.
Es comprender las emociones propias y ajenas para tener así la competencia de generar estados emocionales que faciliten el pensamiento.
Es tener la habilidad para regular las emociones y encontrar la información que estas proporcionan para poder reflexionar sobre ellas, con el fin de poder controlarlas permitiendo que las positivas se mantengan o aumenten y las negativas se suavicen o desaparezcan.

En que otros aspectos nos pueden ayudar las emociones?
Las emociones intervienen en el aprendizaje y en la memoria, en la curiosidad y creatividad.

Las emociones son las que nos abren la puerta hacia el aprendizaje ya que despiertan en las personas el interés y por lo tanto la atención.
Aprendemos y memorizamos la información que nos hace sentir, la que nos parece interesante y la que nos lleva a recordar cosas personales. Aquella en la que nos hemos sentido identificados. Es decir, aprendemos y memorizamos la información que nos ha despertado una emoción positiva ó negativa.

La curiosidad es el motor emocional que nos lleva a la creatividad. Las emociones positivas fomentan el proceso creativo ya que proporcionan la capacidad de generar ideas originales, resolver problemas, explorar nuevos pensamientos y ver la realidad de forma distinta con el resultado de acciones creativas.


Por lo tanto, genio y emoción van de la mano. Debemos aprender a utilizar las emociones de forma inteligente para descubrir nuestra genialidad.