martes, 5 de diciembre de 2017

Tú, ¿Con qué piensas?



Querido lector, te invito a un juego, consiste en adivinar a este personaje, para ello te pondré en contexto; años 30, Reino Unido, una niña de 8 años, un profesor asustado. ¿La razón?:
_Señor y señora Lynne, decía el profesor, su hija no es como los demás niños, su hija no se concentra, no para quieta, molesta en clase, no hace los deberes… (infinitas quejas) y por ello le pedimos que la lleven a un colegio especial para que pueda ser tratada de forma especial.
¿Sabes ya de quién estoy hablando? Te daré otra pista, la protagonista de esta historia fue la encargada de crear las coreografías musicales de teatro más célebres del momento como por ejemplo el fantasma de la ópera.
¿Su nombre? Gillian Lynne. Ya se que estás pensando lector, no te esperabas un comienzo tan rocambolesco para una de las coreógrafas más famosas del mundo.
Quiero advertirte que este post no es una crítica al sistema educativo, aunque podría serlo, más bien quiero invitarte a ti, lector, a que pienses en tu potencial o en el de tus hijos y que no te rindas hasta desarrollarlo al máximo, digan lo que digan a tu alrededor, incluso si ese alrededor es el sistema educativo.
Volvamos a Lynne, tras la visita al colegio y con un fuerte disgusto la madre de Lynne visitó a un psicólogo con la pequeña.
El psicólogo, que era un tipo bien adelantado para la época, observó a la pequeña y su ritmo innato, concluyendo que Lynne era un ser normal y que lo único que poseía era inteligencia cinestésica o corporal.
_¿Y cual es la solución? Preguntó asustada la madre.

_Llévela a una escuela de danza señora, su hija piensa con los pies.