lunes, 15 de febrero de 2016

Corriendo...


Mario acudió a la biblioteca como cada día, esta tarde pasaría algo especial y él podía intuirlo, llevaba días sin ver a Marta y algo en su interior le decía que esta tarde ella estaría allí sentada acompañada de sus libros llenos de neuronas. 
Nada mas entrar pudo verla. “Que hermosa es“ pensó él. No podía explicar bien todo lo que sentía por ella; la adoraba, le parecía intelectualmente hermosa, inteligente pero sobre todo le encantaba la paciencia que demostraba hacia él en cada palabra. Desde que ella apareció en su vida pensaba de forma distinta, podía ver la vida desde otro prisma y sobre todo se sentía feliz. 
– Hola Marta! Gritó Mario.
– Hola pequeño curioso, respondió ella con una sonrisa.
– Cuanto tiempo sin verte, aclaró él con reproche.
– Oh! Si, perdona Mario pero he estado muy ocupada la semana pasada. Pero dime, has aprendido algo nuevo? Cómo estás? Cómo te sientes Mario?
Mario tuvo que hacer un ejercicio de reflexión en tan solo unos segundos, su cerebro se encontraba al cien por cien. En un primer momento quiso gritarle a Marta, decirle que estaba enfadado y decepcionado con ella. Como se atrevía a abandonarlo durante días sin ni siquiera avisar? 
Mario decidió aplicar todo lo aprendido sobre inteligencia emocional, estaba detectando una emoción negativa, enseguida supo que la ira estaba subiendo desde su pecho hacia su garganta, “parecía un cohete“ pensó!
Una vez detectada la emoción logró transformarla en felicidad, para lograr este cambio pensó todo lo bueno que le aportaba ver a Marta de nuevo, con este pensamiento empujó su irá transformándola en alegría. Ya calmado, reflexionó algo muy valioso, él no podía exigirle nada a Marta, no tenía ningún derecho para enfadarse con ella, para gritarle, para reprocharle nada  y sobre todo no debía sentirse decepcionado.
Se sintió avergonzado por su ira. Para perdonarse y entender la situación necesitaba saber cual había sido la razón de la ausencia de Marta. Por lo tanto, volvió a su instinto y dejó que la curiosidad hablase por él.
 – Me siento bien Marta, ahora que te veo me siento mejor! Pero que te ha pasado? He venido cada tarde para encontrarte y no aparecías, me tenías preocupado!! Estás bien?
– Gracias Mario, estoy bien. He estimado nuestras charlas mucho, pero tenía otros asuntos pendientes. Te parecerá gracioso pero uno de mis hobbies es el deporte. Y sabes la razón? Corriendo me siento más libre que nunca.
– Pero y eso que tiene que ver Marta?
–Pues he estado preparando una carrera, esa es la razón de mi ausencia.
– Una carrera? Y que ganaste Marta?
– Gané superación, resistencia mental, conocerme a mi misma, confianza, autoestima, motivación… y podría hacer una lista enorme Mario.
      Y qué tiene que ver el deporte con todo eso?
      Podríamos estar horas hablado de todo esto Mario, pero intentaré resumirlo para que lo entiendas de forma sencilla. Cuando hacemos deporte liberamos de forma automática ciertos neurotransmisores que están en nuestro cerebro, me sigues?
      Mmmnn creo que si, los neurotransmisores eran pequeños mensajeros que enviaban información de una neurona a otra no?
      Eso es Mario, pero que atento estás siempre! Pues bien, algunos neurotransmisores tienen la misión de regular nuestro estado de ánimo, esto no quiere decir que todos tengan esta misión vale? Algún día te hablaré por ejemplo de los que regulan nuestro sueño.
      Pero Marta cuales son los que están relacionados con el deporte?
      Son por ejemplo la adrenalina, la serotonina o la dopamina.
      Que curiosos nombres…
      Pues bien estos tres neurotransmisores son los que desprende nuestro cerebro cuando hacemos ejercicio y por lo tanto nos ayudan a estar mejor, no solo por fuera, sobre todo por dentro!
      Ah, vale. Lo entiendo. Es como una cadena de trabajo. Yo corro, mi cerebro desprende esos mensajeros, y esos mensajeros me ayudan a tener un estado de ánimo bueno que me ayudará a otras cosas, verdad?
      Correcto chico, que maravilla contigo, que rápido aprendes. Podría añadir que ese estado de ánimo te ayuda a otras cosas como por ejemplo tener una mayor capacidad de concentra…
Marta no pudo acabar su frase, el sonido de la silla de Mario arrastrándose por el suelo la interrumpió. –  Pero a donde vas ahora? Añadió.
      Tengo que irme, necesito poner mis zapatillas de deporte y experimentar todo lo que cuentas. Mañana te veo!

martes, 2 de febrero de 2016

Y tú, qué tipo de inteligencia tienes?

Esa tarde Mario acudió a la biblioteca más temprano que nunca, quería descubrir de una vez el misterioso secreto de la inteligencia, pero sobre todo quería saber si realmente era una persona inteligente.
Mario encontró a Marta dibujando. En el papel pudo ver un gran círculo dividido de forma simétrica en ocho partes, al otro lado del papel observó las siglas IQ, ambos dibujos estaban separados por la palabra VERSUS. Definitivamente Mario no entendía nada!
– ¿Qué haces? Preguntó con intriga Mario.
– Hola Mario, que temprano llegas hoy, te estaba esperando...
– No he podido dormir pensando en las inteligencias Marta y sobre todo pensando en si yo tengo alguna de ellas.
El rostro de Marta esbozó una sonrisa.  – Claro que las tienes chico, sólo tienes que saber cuales predominan tu ser. Dime…¿En qué te sientes bueno Mario?
– Mmmnn que complicado Marta, nunca había pensado en eso.
Marta sospechaba esa respuesta, ya que creía que la mayoría de las personas viven sin saber en lo que pueden destacar y la mayoría de estas personas pueden destacar en algo.
– Pero si tuvieras que pasar horas haciendo algo, ¿Qué sería?
– Mmmnnn sin duda dibujar y pintar. Cuando tengo tiempo para hacer algo de esto, las horas vuelan para mi. Contestó Mario con euforia.
– Maravilloso Mario, ya sabes más de lo que crees.
– ¿Qué quiere decir eso Marta? ¿No soy inteligente?
–  Ponte cómodo pequeño curioso, para que entiendas más sobre inteligencias tengo que presentarte a alguien. Su nombre es Howard Gardner, él es un psicólogo de los Estados Unidos. Gardner se sentía descontento con el uso que hacíamos de la inteligencia sobre todo en el ámbito educativo, creía que la clasificación de la inteligencia dejaba a muchas personas muy valiosas fuera. Por ello decidió formular la teoría de las Inteligencias Múltiples. Esta teoría defiende que existen varios tipos de inteligencias que corresponden a distintos talentos.
–  Pero… ¿Qué quiere decir todo esto Marta?
–  Todo esto quiere decir que es igual de inteligente quien suma de forma veloz, quien baila bien, quien pinta cuadros bellos o quien sabe observar la naturaleza. ¿Me sigues Mario?
– Mas o menos, entonces… de alguna manera todos somos inteligentes y sólo tenemos que descubrir nuestros talentos.
–  Exacto Mario, todos tenemos de forma predominante un tipo o tipos de inteligencia y por supuesto debemos desarrollar el resto aunque no nos sintamos cómodos practicándola. Me refiero que aunque no te gusten los números tienes que aprender a hacer ciertas operaciones matemáticas.
–    Ahora te entiendo a la perfección Marta.
–    Por lo tanto uno de los retos de Gardner fue desmitificar el IQ.
–    ¿Qué es el IQ?
–    Las siglas corresponden a coeficiente intelectual y no deja de ser el resultado obtenido en un test que valora la inteligencia de las personas. El problema Mario es el tipo de inteligencia que miden estos test.
–    ¿Y que tipo mide Marta?
–    Pues sobre todo la inteligencia matemática y lingüística.
–    Como? Ahora si que no entiendo nada.
–    Ah! perdona chico si es que no acabé de explicarte bien la teoría de las Inteligencias Múltiples. Gardner creía que todos somos distintos y que por ello todos aprendemos de forma distinta, creía también que todos tenemos todos los tipos de inteligencia pero tenemos tendencia a sentirnos más cómodos desarrollando un tipo que otro.
–    Marta! pero dime ya cuales son esos tipos que me estoy muriendo de curiosidad.
¡Qué intelectualmente activo es este chico! pensaba Marta. – Perdona Mario, tienes razón. Gardner clasificó las inteligencias en Lingüístico-verbal, como por ejemplo el poeta García Lorca. Lógico-matemática, como por ejemplo el científico Albert Einstein. Viso-espacial, como por ejemplo el pintor Pablo Picasso. Musical, como por ejemplo el músico Mozart. Corpóreo-cinestésica, como por ejemplo el deportista Michael Jordan.  Intrapersonal, como por ejemplo el psicólogo Freud. Interpersonal como por ejemplo el político Gandhi y Naturalista, como el biólogo Darwin.
Mario fue consciente del significado del dibujo de Marta. Estaba emocionado, conmovido y alterado interiormente… Mario pensaba que sumado a la práctica de la inteligencia emocional, conocer el tipo de inteligencia predominante en él era una información  muy valiosa. Estaba empezando a asustarse de todo lo que se estaba conociendo.